domingo, 21 de septiembre de 2014

"el valor para marcharse, el miedo a llegar"

Solo quería dedicar unas líneas a eso inevitable que hay que hacer antes de la ansiada fecha: despedirse.
No he parado en toda la semana, más bien desde el viernes pasado, de despedirme. Casi cada día tenía que decir adiós a alguien y es una sensación muy extraña.
Por una parte porque es cuando empiezas a "hacer real" el viaje, a hacer oficial que te marchas. Pero por otra parte no te lo acabas de creer. Es lo que les dije a mis amigas el último día, ellas no se lo creían, pero yo tampoco. Porque no es lo mismo despedirte ante un tren o en el aeropuerto que en el sitio de siempre a la hora de siempre, porque parece que al día siguiente vas a estar ahí otra vez.
También tiene otra parte que también se me hacía rara pero que al final ha resultado ser de lo que más me ha gustado de estos días. Reencontrarte con gente que hacía tiempo que no veías. Vale que es un poco así decir, como ahora te vas te quiero despedir aunque haga meses que no quedemos. Pero en realidad ha resultado muy agradable, simplemente porque lo has hecho y antes no lo hacías. Me explico. Esos "ya quedaremos", "ya nos veremos" se hacen realidad porque es o quedamos esta semana o ya no sé cuando nos veremos. 
En definitiva ha sido una semana bastante intensa, no solo por los preparativos para el viaje, sino porque casi cada día he quedado con gente que quiero y no pretendo ponerme sentimental, pero sienta bien ver cómo la gente se preocupa por ti y saber que te van a echar de menos es lo mejor que te puedes llevar, porque es lo que me da la fuerza para saber que estos meses van a ser geniales. Porque en casa me están apoyando y esperando con los brazos abiertos el día que regrese. 

      

No hay comentarios:

Publicar un comentario