Para quien no lo sepa, como mi alquiler empieza el 1 de octubre, necesitaba buscar algún sitio donde quedarme estos 10 dias. Desde el principio mi idea fue buscar una familia de acogida, porque pensé que era una forma más "calida" de aterrizar en una ciudad desconocida.
Sin embargo resultó más dfícil de lo que había previsto. La web funciona bastante bien y es muy clara, así que pensaba que sería igual de fácil que reservar una habitación en un hotel, pero perdí la cuenta de las veces que me rechazaron, quizás 5 o 6. Y el círculo se iba estrechando porque las opciones buena situación-buen precio se estaban acabando. Pero una tal Irina me escribió un mensaje. Yo ni la había considerado porque la casa quedaba lejos del centro y además no tenía ni foto de perfil ni foto de las habitaciones. Contacté con otra familia, pero después de una negativa más por su parte decidí contestar a esta Irina que me había caído maja.
Pues ese perfil sin foto era ESTO:
Continuaré pues, donde nos habíamos quedado. Estoy en la verja del jardín dudando si entrar o no. La señora me dijo que estaría abierta y que seguramente el perro ladraría y sabrían que había llegado. Entré y arrastré las maletas en el jardín, que más que un jardín parece un bosque. Efectivamente, en seguida apareció el perro. No tiene cara de simpático, pero sí lo es en realidad. Se alteró por ser una desconocida pero en seguida que lo acaricié se calmo bastante. Me acerqué más a la casa y vi unas escaleras, al poco salió una chica. "Hi! are you the new student?". Al recibir la respuesta afirmativa entró a buscar a Irina, que salió con una amplia sonrisa y abriendo los brazos como para darme un abrazo, que al bajar las escaleras me dio. No me habría esperado nunca un recibimiento tan cálido. Sobre Irina tengo que escribir un post a parte porque es una mujer digna de admirar. Le echaba sobre los 60 (hoy nos ha dicho que tiene 58) y es la típica señora simpática, que realmente te entran ganas de dadrle un abrazo. En seguida me ayudaron a subir las maletas y me guiaron hacia mi cuarto. Yo no daba crédito en esa casa tan enorme. Yo estoy en el "sotano", que en realidad no es un sótano porque está a la altura de la calle, la planta principal está en alto y luego tienen otra planta más a la que no he subido porque creo que es donde están las habitaciones de la familia. De la casa también quiero hablar a parte porque hay mucho que decir.
Pero volvamos, Irina y Elisa (la chica que me explica que es estadounidense ¡de Nueva York!) me están ayudando a bajar el equipaje. Me esperaba que Irina tuviera un marcado acento alemán, pero pronto me dice que es nacida en Montreal, así que nada de inglés nivel medio, inglés canadiense, toma ya.
Cuando veo el cuarto me quedo alucinada:
Sí todo es la habitación. Creo que cuando la reservé me dijo que son 20m². Además solo entrar me fijé en el poster de encima del sofá rojo (ese cuadro blanco que se ve en la foto) y es un programa de la Flauta Mágica en Viena. Perfecto ¿no os parece?
Subo con Irina (Elisa se queda en su cuarto) a la cocina para tomar una taza de té que ha preparado su hija Lisa, que intuí que tendría la edad de mi hermana. Os hablaré de lo que sé de esta familia en el post que dedique a Irina porque es realmente curioso.
Me invitó a que me uniera a ellas para cenar la pizza que habían encargado. ¡A las 6 se cena! Se hace un poco raro, pero hay que decir que no había comido nada desde el bocadillo en el avión, así que la pizza entró bastante bien.
Durante la cena conocí a dos inquilinas más, las dos estadounidenses también. Una Rachel y la otra no recuerdo el nombre (¿algo como Hayley o Shelly?). He de decir que al menos si alemán no, inglés estoy practicando la tira. Tener a 5 nativas (cuento a la hija de Irina, porque si es que es alemana de nacimiento, habla inglés tan bien como su madre) en la mesa y seguir la conversación tiene su qué. Hay chistes que no pillo, pero en general creo que se me está dando bastante bien.
Lo más raro de cenar a las 6 es que a las 8 de la tarde te sientes como si fueran las 11 de la noche, sobre todo con todo el cansancio acumulado del viaje.
¡Ah! lo último que quería explicar es que entre todas las cosas curiosas que hay por la casa (ya os contaré) hay un objeto/coso/llámalo X muy acojonante inquietante:
Estaba barajando varias posibilidades en cuanto al nombre. Me parecía bien Aurelio hasta que hoy Elisa me ha preguntado que qué tal con mi compañero y que se llama Robert.
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