lunes, 29 de septiembre de 2014

Knesebeckstraße


Desde que llegué a esta casa he querido hablar sobre ella, pero al final más que explicar mis primeras impresiones, voy a hacer el balance de lo que ha sido mi primera semana de esta pequeña gran aventura.

No podría describir la casa enteramente, primero porque no la he visto toda y segundo, porque me llevaría demasiado tiempo. Todavía encuentro cosas que no había visto antes.
No se usa la entrada principal si no una más lateral que da a un porche y de pronto te encuentras en este salón: 

El piano está viejísimo y muy desafinado, pero además de esto hay un gramófono, lo que creo que es una flauta travesera en su funda, un tambor africano, una estantería llena de discos de música clásica y ese cuadro blanco que se ve en la foto sobre un caballete es un árbol geneálogico de compositores.
Luego pasas a la entrada (supongo que ahí es donde llegas si entras por la puerta principal) y te encuentras con dos de estos amigos: 
Curioso ¿verdad? Pero lo más curioso es que hay ¡un confesionario! No es broma. Pensaba que era un armario o algo así y el otro día me di cuenta de lo que era. ¿Quién tiene un confesionario en su casa? 
En esta planta además hay dos de las habitaciones y un pequeño baño. 

En el piso superior está la cocina, que es muy grande, y otro baño con ducha y un pequeño balcón. Además de otros dormitorios que no he visto. ¡Pero es que todavía hay otro piso con más dormitorios! Ahí no he estado pero creo que hay incluso otro baño porque me extraña que en todo el tiempo que llevo aquí solo me he tenido que esperar para ducharme porque estaba el baño ocupado una vez. Somos ahora mismo... siete personas viviendo en la casa.
¿Y mi habitación? Downstairs. Me gusta porque tengo mucha privacidad. Hay dos habitaciones más, pero una es el cuarto de la lavadora y la otra es como un trastero. Lo único que no me gusta es que es muy fría. Por ejemplo ayer y hoy ha hecho un calor inusual (it feels like home *_*) y he salido solo con una camiseta de manga larga, pero en mi habitación tengo que ponerme dos chaquetas porque si no tengo frío (tranquilos que tengo edredones de sobra y duermo muy bien). 

El miércoles me mudo o sea que mañana tengo que hacer las maletas (bueno solo medio hacer). Me da la impresión de que hace siglos desde que llegué, pero a la vez ha pasado muy rápido. Estoy muy contenta de haber aterrizado aquí porque para ser la primera vez que estoy sola fuera de casa tanto tiempo, me he sentido como dentro de una familia. 

Esta tarde por ejemplo, me he encontrado a Alyssa, que volvió ayer de su fin de semana en Praga, y me ha dicho que se iba al parque aprovechando el buen tiempo para hacer Yoga. Le he dicho que siempre lo había querido probar y me ha propuesto darme una miniclase. Se ve que ella ha sido o quiere ser instructora de Yoga (no me ha quedado muy claro). Así que ya nos veis a las dos en su cuarto con música oriental e incienso, sin más compañía que la de Booma, que ha entrado inesperadamente y no nos dejaba sentarnos en el suelo porque quería que jugáramos con él.  

Irina (la señora de la casa, ya os hablé de ella) es todo un personaje. Nos cuenta cada día historias muy graciosas sobre su vida.
El otro día nos contó que la primera vez que estuvo en el Museo del Pérgamo, el muro todavía estaba en pie. La tuvieron retenida en la frontera durante horas porque llegó con un pasaporte canadiense y apellidos rusos (es nacida en Canadá pero sus padres son rusos) y 17 sellos de Cuba. Y os estaréis preguntando ¿qué hacían 17 sellos cubanos en su pasaporte? Pues eso fue lo que le preguntamos. Nos explicó que cuando era joven trabajó durante varios veranos en unos cruceros que se organizaban desde Rusia hasta Cuba y otras islas del Caribe. Los barcos pasaban primero por Canadá y para poder entrar en Cuba debían llevar al menos 5 canadienses a bordo (no entendí del todo por qué). Así que su trabajo básicamente era ir de crucero. Volviendo a la historia inicial, finalmente pudo ir a visitar el museo, pero por aquel entonces no había paneles explicativos ni nada por el estilo, pero tuvo la suerte de que había un grupo con una guía rusa (Alemania del este, podéis imaginarlo). Empezó a seguirlos, pero al parecer la gente se ponía muy nerviosa porque no sabían quién era esa misteriosa mujer que los iba siguiendo.

Hoy nos ha explicado algo sobre Rusia (ella habla ruso también). Una vez invitaron a sus padres a una recepción inglesa en Moscú y en la invitación ponía "de las 4 a las 7". Eso para los rusos era casi un insulto ¿cómo puedes decirles a tus invitados a qué hora deben irse? Pero bueno, muy British. Al parecer los rusos son muy hospitalarios en el sentido que es muy común invitar a gente a casa muy a menudo. Y aquí viene la anécdota: un día Irina daba una cena. Abrió la puerta para recibir a uno de sus invitadas, una amiga suya, la cual apareció con un hombre a su lado. Irina no sabía quién era él pero supuso que era algún amigo o novio de su amiga así que le dio sus tres besos (en Rusia son tres) y los invitó a pasar y a que tomaran algo. De pronto el hombre le dijo "perdone, pero soy el taxista, solo quería pedirle cambio". Me recuerda a alguna escena de los hermanos Marx. 

Aunque mi estancia ha sido muy corta (normalmente los estudiantes que vienen se quedan varios meses) Irina me ha dejado su Gästebuch (libro de invitados) donde todo el mundo que pasa por aquí deja su huella. Aún tengo que pensar qué voy a escribir, pero he estado curiosenado el libro.

Empieza en el año nuevo de 2006, así que os podéis imaginar lo gordo que es. Hay firmas de gente de todo el mundo, un montón de dibujos y fotos. Realmente me parece una preciosa idea hacer esto si recibes a gente tan diferente durante tantos años.

De todas formas como estaré en Berlín, me pasaré alguna vez a hacer una visita. No sé si se aprecia bien en la foto (la foto de la casa que hay en la portada del libro), pero la casa está totalmente nevada y es preciosa. Definitivamente tendré que venir a verla cuando nieve y a despedirme de mis compañeras americanas que se marchan en diciembre. Todavía le debo a Alyssa una tortilla de patatas a cambio por su clase de Yoga :3







Berliner Oktoberfest





Ayer estuve en el pequeño Oktoberfest que montan en Berlín, en Alexanderplatz. Las casetas llevan ahí toda la semana, así que tenía curiosidad por verlo abierto. 
La verdad es que no ha resultado ser gran cosa o a lo mejor es que fui en un momento en el que no había demasiada animación, pero teniendo en cuenta de que hacía muy buen día y que era domingo, no sé cuándo va la gente sino.
Básicamente había algunas casetas muy monas, cómo veis en la foto, donde venden Bratswurts y Schauerkraut y esas cosas. Y cerveza, evidentemente. Largas mesas para comer al estilo Biergarten, pero me pareció un poco triste sentarme sola así que no me pedí nada.
El resto de puestecillos pensé que estarían bien, pero básicamente eran souvenirs, los típicos puestos de sudamericanos donde venden pulseritas y atrapasueños y alguno de bisutería y otros productos hechos a mano hipercaros.
Así que o vas a Munich o nada. Mis compañeras americanas van a ir este fin de semana, Alyssa me ha dicho que quería comprarse un vestido bávaro (que hoy he aprendido que se llama "Dindrl") pero que cuestan como 200€ (no me extraña, me ha recordado a las tiendas de vestidos de sevillanas en Sevilla). Le he dicho que en el c&a y en el NewYorker venden, no serán tan buenos pero para una vez que te lo vas a poner te sale más a cuenta. Si me comprara uno sería para carnaval. Así que nada, espero ver sus fotos con los vestidos en el Oktoberfest de verdad :3

P.D. Irina nos ha dicho que vigilemos al pronunciar "Dindl" porque es una palabra bávara y si no pronuncias bien la L significa prostituta. ¡¡Así que cuidado cuando vayáis a comprar vuestros dindl!!


domingo, 28 de septiembre de 2014

Museumsdorf Düppel

Ya hace un par de días que coincido desayunando o en algún otro momento del día con una de las chicas que están viviendo en la casa. Ayer Irina nos comentó que en este barrio, Zehlendorf, hay una especie de museo al aire libre que es muy bonito. Es un intento de reconstrucción de la antigua aldea medieval que se supone que había en esta zona. Nos dijo que no es nada del otro mundo, pero es muy agradable y no van a tardar mucho en cerrarlo porque en invierno no está abierto.
Así que esta tarde he ido con Jiayu (así es como se llama esta chica, que es de Beijing, pero estudia en Estados Unidos) al Museumsdorf Düppel. Hemos cogido uno de esos autobuses de dos pisos que hay por aquí y en menos de 10min. estábamos en la puerta. 
Irina y yo nos reímos de ella porque cada vez que mencionamos la palabra "caminar" pone los ojos en blanco. Ese es el espíritu americano, conducir a todas partes. 
Nos han cobrado muy poco por ser estudiantes al entrar y hemos comprobado como estaba lleno de familias con niños. Realmente es un lugar ideal para pasar el día y hacer picnic. Dentro también hay algunos puestecillos de comida y de artesanía. 














La gracia es que también hay animales (ovejas, cerditos, vacas y caballos).



Además hoy ha hecho calor. Una temperatura perfecta para tumbarse en la hierba y simplemente relajarse. Como me decía Jiayu "it feels so good because you can smell the grass. You can feel nature".

sábado, 27 de septiembre de 2014

Die Zauberflöte

Estoy reventada, pero necesitaba explicar mi experiencia lo antes posible, mientras aún la tengo viva. 
Hoy por fin he estrenado mi classiccard yendo a la Komische Oper Berlin. Ha sido bastante inesperado: no tenía plan para la tarde, se me ha ocurrido mirar el programa en internet y allá que me he ido. 
Según me dijeron, para poder sacar la entrada con la classiccard tiene que ser una hora antes del espectáculo. Empezaba a las 19.30, pero yo ya estaba en la puerta a las 18h porque recordé lo que me explicó mi hermana sobre la ópera de Viena. La taquilla abre una hora antes, pero la gente hace cola antes de que la abran, así que tienes que ir temprando o te quedas sin entradas.
Cuando he llegado solo había una chica, Caroline (sí, he hablado con ella), berlinesa, bailarina profesional. Al menos hemos hecho un poco de "piña" porque cuando faltaban 10 minutos para que abrieran ha llegado un montón de gente de golpe y no era plan de que se nos colaran. 
La mayoría era gente mayor y de punta en blanco. Suerte que me he puesto una camisa, la próxima vez me arreglo más. También había gente con tejanos, pero no sé ya que tienes la excusa para arreglarte...
Finalmente, Caroline y yo hemos  conseguido ser las primeras de la cola y ya me veis con mi entrada a tan solo 10€, más feliz que una perdiz. 


Quedaba una hora para que empezara la función, pero yo estaba impaciente por ver el teatro por dentro. Quiero aclarar que este edificio es el de la ópera cómica, luego está la Staatsoper, la Deutsche Oper y la Deutsche Oper im Schillertheater. Vamos, que no les falta espacio.

Resulta que hasta las 19h no abren las puertas, pero al menos en ese rato pude explorar un poco el edificio. La gente estaba tomando champán mientras esperaban a entrar y a las 19h estaban haciendo una presentación de la ópera o algo así, pero entre que estaba en alemán y que justo vi que abrían las puertas, me fui rápidamente hasta mi asiento. Temía tenerlo en la punta más alejada del escenario, pero ¡¡guau!! en el primer piso, primera fila, así que todo el escenario enfrente y podía ver además a media orquesta. 


De la ópera qué voy a decir, absolutamente perfecta.
El montaje es super original y no te aburres en todo el rato. 
El escenario consta solo de una gran pantalla con varios niveles de puertas por donde aparecen y desaparecen los cantantes. Toda la decoración son las animaciones que se van proyectando en la pantalla. Este es el tráiler, para que os hagáis una idea:


Realmente hay ideas muy buenas que te hacen reír cada dos por tres. 
La gracia también está en que la estética es como de los años 20. Los cantantes van todos maquillados y vestidos como si estuvieran en una película muda y las partes habladas son exactamente así, solo con un piano y lo que dicen aparece en pantalla, no hablan. 
Me han encantado las 3 damas. Me partía de risa con ellas.  
Papageno iba siempre acompañado de un gato negro (en pantalla, no de verdad, claro) que le añadía momentos muy graciosos. Mientras que Monostatos lleva un perro fiero. Por cierto Monostatos me recuerda a un personaje de ciencia ficción, si alguien recuerda cual que me lo diga porque estoy intrigada.
Aunque quizás lo más espectacular es la caracterización de la Reina de la Noche como una araña gigantesca.


Todo el reino de Sarastro también tiene su diseño propio. Es todo en blanco y negro con un montón de mecanismos. Sus sirvientes son animales mecánicos. Hay momentos que incluso me han recordado mucho a Metrópolis.
La flauta mágica es un hada, los niños que ayudan a Tamino y Papageno son mariposas y las campanitas de Papageno tienen piernas de mujer.  
Ha sido muy divertido, ya casi al final de todo, cuando Papageno quiere suicidarse porque no encuentra a Papagena, sin querer explota una bomba, porque justo llega Papagena y se le olvida de que la había encendido. La bomba estalla (los percusionistas aqui se llevan el mérito) e immediatamente cuando reaparecen Papageno y Papagena para cantar su aria están los dos con la ropa y el pelo chamuscado, llevándose una carcajada del público. 
Musicalmente no tengo nada malo que decir. La reina de la noche ha estado brillante, pero también todo el resto. Pamina me ha encantado. La flautista (la veía muy bien) ha estado brillante en todos los solos.
Al acabar hemos aplaudido durante varios minutos, medio teatro se ha puesto en pie. Ha sido muy emocionante.
Y como colofón, al salir te regalaban un bombón metido en una cajita.

Así que después de esta maravillosa experiencia ya estoy deseando volver. De momento he visto que están programadas Tosca, El barbero de Sevilla, Don Giovanni... y West Side Story que también me haría mucha ilusión verlo. Os mantendré informados ;)

Tschuss!!


jueves, 25 de septiembre de 2014

Zdravo! :)

"Berlín es un lugar donde puedes conocer gente en cada rincón, pero tienes que tomar tú la iniciativa, no esperes a que los amigos vengan a ti". No sé si con estas palabras exactas, pero es lo que Irina me dijo el primer o segundo día. Creo que en parte fue lo que hizo que el otro día fuera tan genial.
Por la mañana fui a visitar el Museo del Pérgamo (cosa que explicaré en otro post). Estuve allí toda la mañana y en principio luego iba a ir a comer a Alexanderplatz con un grupo de españoles. Hacía sol y me senté en una esplanada con césped que hay al lado de la Museuminsel, justo en frente de la Catedral.

 La Berliner Dom es un edificio impresionante de enorme, pero me parece bastante feo la verdad. Me acerqué a ver si podía entrar, pero cobraban bastante, así que paso.
En fin, estaba yo allí esperando a que me confirmaran el plan, pero al final me dieron plantón. 
Me molestó un poco la verdad. Otro día comiendo sola. Ya estaba barajando la posibilidad de volver a casa y cocinar algo, pero algo me decía que si volvía luego me iba a dar mucha pereza salir al centro otra vez (tengo unos 30 minutos de tren).
Me levanté para irme cuando una chica asiática me pidió que le hiciera una foto con su bicicleta. De fondo teníamos el Altes Museum. Le estaba devolviendo la cámara cuando otra chica apareció a mi lado pidiéndome una foto ya que estaba puesta. Le devolví el móvil, me dio las gracias y siguió su camino. Pensé que iba con un grupo de amigos, porque había bastante gente por allí, pero no tenía sentido porque me había pedido a mí la foto. Me fijé mejor, iba con una mochila y la guía en la mano. Turista totalmente, así como de mi edad... "El no ya lo tengo". Aceleré el paso para alcanzarla y le pregunté si viajaba sola (todo en inglés por supuesto). Se sorprendió un poco pero me dijo que sí y le pregunté si le importaba que hiciera un poco de turismo con ella.
Así es como conocí a Natalija (se pronuncia exactamente igual que en español), de Prijepolje, Serbia, pero estudiante en Belgrado. Su hermana tenía que estar una semana en Berlín por trabajo  y se habían ido las dos juntas, pero claro, ella tenía que pasar el día sola.
Y así sin más, empezamos a caminar, fuimos encontrando monumentos de camino a Alexanderplatz. 
el río Spree
 

Las dos queríamos probar el currywurst así que, comida sana

Creo que no podría haber encontrado una compañera mejor. La misma edad y las dos hablando por los codos. Además ¡habla super bien inglés! Eso pasa por tener las series y películas subtituladas, no dobladas (por eso también sabe algo de español). Bueno, además sus dos hermanas mayores han vivido en Estados Unidos, eso también ayuda. Me dijo que había visto en Serbia Los hombres de Paco, Los Serrano, Un paso adelante... ¿en serio importamos estas cosas? Qué vergüenza.

En fin, después de enloquecer en Primark y comprar algunos souvenirs, fuimos a ver el checkpoint Charlie y algunos trozos del muro.



No sé cómo cogimos tanta confianza tan rápido. De pronto ya me cogía del brazo como cualquiera de mis amigas en Sabadell.  Me alegró el día y ella estaba muy contenta de que le hubiera hablado. 

Decidimos hacernos una foto en el mismo lugar donde nos habíamos encontrado.



Y finalmente nos despedimos en Potsdamer Platz. Un encuentro muy cinematográfico, me atrevería a decir. 

Pero por suerte, no acabó ahí. Ayer me avisó por si quería encontrarme con ella para tomar una cerveza. Quedamos en una parte de Berlin, cerca de Alexanderplatz también, que me resultó muy curiosa. Llena de arte por todas partes. El café donde me esperaba con su hermana también me encantó. Se llama "Factory girl" (su hermana nos dijo que es el título de una película) y tiene cuadros muy originales como decoración. Retratos de David Bowie, Amy Winehouse, The doors... 

Natalija y yo fuimos en busca de esa cerveza:
¡Ya he probado la Berliner Pilsner!
Y hablamos durante mucho rato. Me encanta conocer gente de otros países y ver como en cada lugar hay cosas que te resultan tan extrañas y otras que son tan curiosamente parecidas. Por ejemplo, me contó que en Navidad (la Navidad ortodoxa es en enero) comen un pan que lleva cosas escondidas dentro, una por cada miembro de la familia. ¿No recuerda al roscón de reyes? 
Así que nada, ya tengo casa en Belgrado. No teníamos ganas de despedirnos, pero su vuelo salía temprano por la mañana. Me dijo que le gustaba Berlín para quedarse a vivir. No sé si a vivir pero este año tiene excusa para volver, me encantaría que volviera a visitarme :) 
Quiero enviar una postal a Belgrado y espero recibir otra de allí. 

Vidimo sye ooskoro! :) 

lunes, 22 de septiembre de 2014

Guten Tag Berlin!

Hoy me he despertado a las 7.30 porque con tantas emociones casi no podía dormir. Voy a intentar abreviar mi crónica porque estoy muerta de sueño. Después de ir al Lidl a abastecerme (entra bastante hambre de no haber comido desde las 6 de la tarde del día anterior) entre otras cosas de mi nueva SIM alemana de Lidl-Mobile [1er logro del día]. He vuelto a casa a dejar las cosas y desayunar y lo que he encontrado más raro ha sido el sentirme totalmente sola en esa casa tan grande. Bueno, sola no, Booma me hacía compañía. 

Una vez recargadas las pilas he salido hacia el centro, con el S-Bahn (viene a ser el cercanías) se tardan unos 20 minutos en llegar al centro. He de decir que el camino hacia la estación lo disfruto mucho. Y es que sigo maravillándome con tanta naturaleza. Estás en la ciudad y de pronto parece que estás en las afueras. El contraste es genial. 
Me he llevado un susto al comprar la tarjeta para el tren (me he cogido una para toda la semana) porque no me aceptaba la visa y luego tampoco me cogía los billetes. He perdido un tren por ello [1er fallo del día], pero finalmente lo he conseguido [2º logro del día]. Hay dos cosas que me han llamado la atención: una que validas la primera vez y ya no picas más. Sea metro, tren, tramvía, bus... da igual. Eso sí, ya me han advertido de que los revisores son muy estrictos y pasan con frecuencia. Pero me parece un buen sistema porque agiliza mucho, sobre todo si tienes que hacer trasbordos. La segunda es que en cada estación de tren hay un señor/señora que vigila que todo el mundo haya subido/bajado bien. Si ven a alguien que no está bien colocado avisan por megafonía con una especie de walkie-talkie, si está todo correcto aprietan un botón y entonces y solo entonces, el tren se pone en marcha.

Me he bajado en Brandenburger Tor básicamente para hacerme la selfie (sé que ha salido fatal, pero no había manera de hacerla mejor. Ah, y además se me ha olvidado la cámara de fotos y he tenido que tirar de móvil [2º fallo]) y quizás para convencerme de que realmente estoy donde estoy. Estando allí ha pasado la policía escoltando unos coches oficiales con cristales tintados que llevaban banderitas de Francia. También estaba este señor con el organillo, buen contraste oiga. 
Suerte que ya he salido de casa con Internet en el móvil porque hoy google maps me ha salvado bastante. En fin, he tirado por Unter den Linden y después de un rato me he topado con un edificio enorme, imponente que ha resultado ser mi universidad.


He entrado ya que estaba y ya solo ver el hall ya te das cuenta de que no es como la Autónoma precisamente.
He aprovechado para ir a registrar mi tarjeta sanitaria europea porque sabía que la oficina está justo al lado de la uni. Allí he conocido a una chica Suiza (¿qué tendré yo con los suizos?) que está estudiando derecho y una china que estudia biología. La chica de Taiwán nos ha explicado que solo ha estudiado alemán un año y que ahora está haciendo el intensivo B1 aunque cree que no tiene el nivel. Yo flipando, hay que tener valor, ¡biología en alemán habiendo hecho solo un año de idioma!
Como dato curioso, esperando para que me atendieran, la salita estaba llena de folletos sobre la compañía, he cogido uno por aburrimiento y ha resultado ser ¡una agenda! parece una tontería, pero una cosa menos que tengo que comprar [3er logro].
En fin, siguiendo mi camino he decidido comer en la cafeteria de la uni, llamada MENSA (es como se llaman todas la red de cafeterías universitarias).
El problema es que allí todo el mundo ya llevaba su tarjetita y solo tenía que recargarla. He preguntado a una de las camareras que atienden en la caja pero solo hablaba alemán y me ha mandado a no sé dónde. La siguiente camarera algo hablaba de inglés y he conseguido entenderme pero me estaba poniendo un poco nerviosa porque estaba creando caravana. He tenido que cogerme una tarjeta de visitante porque aún no tengo el carnet de estudiante y por eso la comida sale un poco más cara, pero más o menos me ha salido un primero y una ensalada por 6€ [4º logro].

Después de comer he ido a coger el autobús hacia Alexanderplatz, entre otras cosas porque sé que allíhay un Primark y yo necesitaba una chaqueta urgentemente (encima estaba empezando a chispear). He de decir que justo enfrente de mi uni está la ópera (en obras), y ahí es donde he cogido el bus.
Alexanderplatz es genial. 

    

No he tardado mucho en elegir una chaqueta que me gustara y mucho menos en ponérmela al salir de la tienda (no era la única). Además he encontrado otra tienda en plan parafarmacia y de productos de cosmética muy cuca y a buen precio así que he acabado de comprar los potingues que no me convencían en el Lidl.
Ya bastante cansada he decidio ir de todas formas a la oficina de la empresa que me alquila la habitación para comprobar que estuviera todo en orden y de paso preguntar algunas cosillas que no me quedaban claras sobre el contrato. Tampoco hacía mucha falta en realidad, pero he visto otra parte de Berlin y además el edificio era muy chachi:

 


Esta super caravana vintage me la he encontrado de camino.

Y nada, pa casa. Y a todo esto solo las 5 de la tarde, pero ya no podía con mi alma. He pasado por el Lidl again para comprar cena (encima estaba lloviendo, al menos he podido estrenar la capucha de mi chaqueta). Para mi sorpresa Irina me ha vuelto a invitar a cenar. Ha hecho una gran olla de pasta rellena y hemos comido todas juntas. He conocido a otra de las inquilinas, es china (no me hagáis recordar su nombre) pero estudia en Estados Unidos también. He estado hablando con Elisa porque ella ha ido hoy al museo del Pérgamo y al final me he sacado la entrada para mañana (olvidé decir que Irina me avisó de que este domingo lo cierran hasta el 2020 ;__;). Ella está planeando ir a Barcelona la semana que viene (además de a Florencia y Roma), así que mañana haremos un intercambio. Ella va a cocinar macarrones con queso a la americana y yo le recomendaré sitios de Barcelona. (Estoy planeando hacer tortilla de patatas un día de estos, habrá que verlo). 

Pues nada, mañana será otro día. Pero antes... chan chaaaaan. Mi chaqueta, que sé que os habéis quedado con las ganas de verla:
Ahora me siento un poco más berlinesa ^_^