miércoles, 15 de octubre de 2014

Potsdam

Desde que llegué a Berlin tenía ganas de hacer una excursión a Potsdam, un pueblo muy cerca de Berlín que me habían dicho que es muy bonito. Quién me iba a decir que al final iba a ir con cuatro francesas y que me iba a pasar el día hablando francés. Pues mira, bienvenido sea. La verdad es que fue un día memorable.
Cogimos el tren regional que no había cogido nunca. La gracia es que en los vagones tienen espacios concretos para poder llevar bicis (¿igualito que en España, verdad?). Es que nuestra idea original era alquilar bicis en Potsdam y Elen ya tiene la suya, así que la metió en el tren. Al final no sé muy bien por qué no las alquilamos y la pobre la llevó para nada porque la tuvo todo el día atada en la entrada de la estación.
Pues las 4 francesas y una servidora cogimos un bus hasta Sanssouci, un parque muy grande con varios palacios (en realidad pensé que gracias que no habíamos cogido las bicis porque estaba un poquito lejos). A ellas les hacía mucha gracia el nombre y no entendía por qué. Nadege me explicó que "souci" en francés significa preocupación. O sea el parque sin preocupaciones. El nombre le viene al pelo la verdad.



Primero vimos el propio Sanssouci Schloss (Palacio de Sanssouci) que no resultó demasiado grande, aunque a mi lo que siempre me gusta más de estos sitios son los grandes jardines.

Según leí, esas ruinas que se ven al fondo no son ruinas romanas verdaderas, 
sino que el rey de Prusia las hizo construir en el siglo XIX. 
La gracia es que se llaman "Ruineberg". 
Qué daño ha hecho el Romanticismo.

Las chicas no paraban de comprarlo con Versailles y obviamente si lo comparas no es gran cosa. No hay que decir que cobraban entrada, pero ninguna pensó que valiera la pena entrar y simplemente nos dedicamos a pasear por los alrededores. 









Caminando nos encontramos con la "Chinesisches Haus", la cosa más hortera que os podáis echar a la cara. También cobraban por entrar y simplemente es una estancia circular (había una foto en la entrada). En serio, a la gente le sobra el dinero o algo.


Neues Palais
Necesitaba un día de relax como este. Sí que estuvimos andando muchísimo pero era todo tan tranquilo, tan diferente a la gran ciudad de Berlín. Además como hablábamos en francés había momentos en los que me cansaba mucho de intentar entender lo que decían (cuando hablan rápido me pierdo mucho) o incluso de explicar yo algo, así que también iba bastante sumida en mis pensamientos, que tampoco es malo.
De todas formas estoy muy contenta de poder practicar con ellas, además me dicen que hablo muy bien (no creo que sea para tanto) pero lo entiendo casi todo y ellas me entienden a mí, así que eso es buena señal.

Este lugar me gustó especialmente:


Nos sentamos a descansar, además había salido el sol y se estaba super a gusto con el calorcito. Me quedé mirando la fuente no sé cuánto rato, simplemente sin pensar en nada. Me podría haber quedado allí horas. 

La peor parte fue cuando ya eran más de las 3 y yo estaba muerta de hambre. Pero quisieron ir a ver si podíamos coger un barquito. Problema: nos equivocamos de rumbo, el sitio estaba lejísimos y luego resultó que si había un barco, al menos los domingos no estaba. El río era bonito, pero yo ya estaba exhausta. 
Finalmente cogimos el tram de vuelta al centro del pueblo y allí encontramos un Thai para comer. Recobradas las fuerzas, visitamos el centro del pueblo. No me lo imaginaba así para nada. Me recuerda mucho a los pueblos ingleses que salen en las películas, las casas adosadas de ladrillo rojo (estilo Billy Eliot pero no tan cutre).
 El paseo fue muy agradable. Con café en mano (empieza a refrescar por las tardes) recorrimos la calle principial que está llena de tiendas, pero al ser domingo solo había gente paseando, algunos puestecillos y músicos tocando en cada esquina.
Había una callecita super mona con las tiendas abiertas (turismo, u know) y en una librería de segunda mano encontré un pequeño tesoro que no voy a desvelar porque va a ser un regalo para alguien y no voy a hacer spoilers.

[Ah se me olvidaba un dato random. Al ir, en el tren iba una excursión de españoles. Solo se les oía a ellos, naturalmente. Si los alemanes ya son callados de por sí y con lo ruidosos que somos... pues a mitad de trayecto empezaron a cantar a grito pelado "feliz, feliz en tu día..." ¿en serio? vale que puede ser el cumpleaños de alguien, pero no le cantéis esa que es super cursi. (cierro paréntesis)]

Así que en resumidas cuentas, recomiendo mucho Potsdam. No es para ir si solo vas a estar 3 días en Berlín, pero si hay tiempo es un sitio precioso. Creo que volveré cuando nieve, seguro que parece una postal navideña.

P.D. Estoy empezando a colgar fotos en mi tumblr, así que si no os apetece leer mis chorradas creo que intentaré colgar las fotos que aquí no me caben.

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